Como papás es fundamental hablar de la crianza en la era digital, es necesario establecer límites para el tiempo que los niños pasan en dispositivos electrónicos.
Y vaya si este es un tema espinoso en pleno auge de la era digital, en el que la tecnología está a la orden del día en cada paso que damos y nuestros hijos no están al margen de ello.
¿Por qué hablar de crianza en la era digital?
Para nadie es un secreto que la crianza de un niño o niña es una tarea que demanda de tiempo y paciencia, y en muchas ocasiones los padres o madres que a la vez deben dedicar espacio a las cuestiones laborales, no cuentan ni con lo uno, ni con lo otro.
Es por eso que el tiempo en pantalla en muchas ocasiones sirve para entretener a los menores, mientras nos dedicamos a una tarea urgente o simplemente a los quehaceres del hogar.
Pero, qué tanto tiempo podemos exponer a nuestros hijos a las pantallas, ya sea de celular, tablet, computador o smart tv, hasta dónde es saludable “negociar” espacios que los expongan a pantallas y qué tipo de contenidos son los adecuados.
Los niños de hoy crecen rodeados de dispositivos electrónicos, las redes sociales y acceso a la información de manera ilimitada, es más, hay bebés que sin nacer ya cuentan con un perfil de Instagram o Tik Tok.
En dicho sentido entonces los padres deben estar preparados para el uso responsable de dichas tecnologías, saber el momento en el que ese mundo digital puede incluso ser nuestro aliado y definitivamente en qué momento no ceder.
Recomendaciones para el tiempo que los niños deben pasar en dispositivos electrónicos
Una de las recomendaciones para los papás es tratar de no exponer a ningún tipo de pantalla a los bebés a la hora de tomar alimentos, llámese desayuno, almuerzo o cena.
De acuerdo a los estudios de los expertos, comer con una pantalla al frente contribuye a una ingesta inadecuada de alimentos, ya que los niños comen de manera inconsciente, sin controlar la cantidad de lo que comen, lo que puede llevar incluso al sobrepeso.
El exceso de tiempo en pantalla también causa problemas como déficit de atención, poca interacción con el mundo externo, problemas de obesidad, interacción con otras personas y dependencia de pantallas para realizar tareas cotidianas.
Las pantallas también disuaden a los niños de dedicar tiempo a las actividades físicas.
Correr, saltar, jugar pelota, acciones que contribuyen a su buen desarrollo motriz, pueden olvidarse si pasan mucho tiempo con videojuegos o viendo dibujos animados.
Si bien es cierto que las pantallas pueden brindarnos un respiro en un día agotador de estar con los niños, debemos tener cuidado de no convertirlo en un hábito y desde luego no abusar de este recurso.
Estrategias para el tiempo en pantallas
Así que una decisión sana para implementar esta práctica es poner un límite de tiempo en el cual tus hijos van a poder disfrutar de las pantallas en su vida cotidiana, comenzar con media hora diaria estaría bien.
También es posible que dichos tiempos en pantalla no sean espacios para dejarlos solos, ver algo juntos, bailar o cantar mientras ven los programas o participar de las actividades que se dan en pantalla, puede ser una buena estrategia.
Actividades como jugar videojuegos con sus niños también son válidas a la hora de fomentar el espíritu deportivo y competitivo, gracias a la realidad virtual, hoy muchos de esos juegos requieren de movimientos físicos.
Los juegos didácticos interactivos, programas que les aporten a su conocimiento como aprender los colores, los números, las letras, también pueden ser buenos aliados a la hora de compartir con tus pequeños.
Estas recomendaciones son pensadas como pediatra, considerando las realidades que como papás viven y los desafíos que existen en la era digital.
Supervisa a los niños cuando estén con dispositivos móviles
Ten siempre en cuenta el tema de la seguridad, ya que lamentablemente el acceso a redes sociales ha expuesto a nuestros hijos a un mundo salvaje y peligroso, en el cual muchas personas aprovechan la vulnerabilidad de nuestros hijos.
En dicho sentido es indispensable no permitir que tus hijos cuenten con sus propias redes sociales hasta una edad en la que sean conscientes de los peligros que los rodean o si lo van a hacer (mayores de 14 años, recomendación y requisito para abrir las plataformas), siempre deben estar acompañados de un adulto responsable.