El embarazo es una experiencia maravillosa, pero requiere una gran responsabilidad, ya que de los cuidados que se tenga desde el inicio del mismo dependerá el crecimiento y desarrollo del bebé.
Consulta prenatal con el pediatra
La incertidumbre sobre todos los retos que se enfrentan con la llegada de un bebé acompaña a los padres desde el embarazo, incluso en padres que no son primerizos, por esto la Academia Americana de Pediatría y otras sociedades pediátricas recomiendan el inicio del seguimiento pediátrico desde la gestación.
Esta consulta se realiza meses antes del parto o la entrega del niño (a) en casos de adopción, es el primer contacto entre los padres y su pediatra, permite iniciar una relación de confianza donde se abordan múltiples temas acerca del mundo del recién nacido con el fin de resolver dudas, entender necesidades y liberarse de miedos y mitos.
¿Qué se hace en una Consulta Prenatal?
En la consulta prenatal pediátrica se abordan múltiples temas que abarcan desde patologías de diagnóstico prenatal, dudas alrededor del parto, la prematurez, el baño, la lactancia materna, el sueño, uso del chupo, importancia de las vacunas en el núcleo familiar y el bebé, salud materna, mascotas, la llegada de un hermanito, las visitas, entre otros.
Despeja una larga lista de dudas sobre situaciones que al momento de vivirlas sean un poco más familiares, se conviertan en experiencias gratificantes y fáciles de manejar.
¿Cuántas consultas prenatales debe tener una mujer en embarazo?
La primera consulta pediátrica prenatal debería realizarse al inicio del tercer trimestre del embarazo, es decir a partir de las 27 – 30 semanas de gestación, en esta consulta se definirá la necesidad de consultas adicionales, que en la mayoría de casos no es requerida, dependiendo de las características de cada familia.
¿Por qué es importante una consulta prenatal?
La consulta prenatal pediátrica ha demostrado un impacto positivo en los padres porque logra generar confianza en sí mismos, definir roles, aumenta las tasas de lactancia materna exclusiva y exitosa, mejora la salud materna y prepara a los padres para la montaña rusa de emociones, haciendo que esta sea más divertida y disfrutable. Por último, ha significado una reducción en el número de consultas a urgencias del recién nacido.