Para nadie es un secreto que cuando se inicia la fase de alimentación complementaria, esto trae consigo una serie de retos, pero qué sucede cuando, ¿Tu hijo rechaza la comida de manera frecuente?
A medida que se inicia la fase de alimentación con los hijos, los padres deben ir superando poco a poco los obstáculos que se van presentando. La alimentación complementaria será el comienzo de toda una vida de buena alimentación.
La alimentación complementaria es un tiempo de preparación y en adelante se deben ir superando ciertos retos con el tema de los alimentos, ya sea por temor de los mismos padres, alergias o rechazo.
Uno de los primeros peldaños que deben superar los padres es el temor, miedo a un ahogo o atragantamiento, es normal que los bebés en sus primeros días de la alimentación complementaria hagan arcadas y se confundan con obstrucciones.
Sin embargo, con el paso de los días, todo va a ir fluyendo de manera mucho más natural y tanto el niño se acostumbrará a los sabores, olores, texturas de los alimentos, como los padres a las arcadas que son totalmente naturales.
Se recomienda también darle las frutas o verduras de manera individual, al igual que proteínas: huevos, carne, pollo, pescado, granos, esto con el fin de primero observar si el bebé puede llegar a ser alérgico a uno u otro alimento pero además para que tu hijo aprenda a diferenciar entre sabores, colores y olores.
Eso sí no se puede quebrantar la regla de oro número uno en la introducción de los alimentos a los menores, cero sal por lo menos durante el primer año de vida y azúcar hasta después de los dos años.
El rechazo a la comida
Para ir al grano de lo que corresponde, la idea es que los padres no se alarmen si los menores amanecen uno que otro día inapetentes o rechazando la comida, no todos los días son iguales y esto se irá regulando con el paso del tiempo.
Si los niños no comen un día bien, no es motivo para pensar que van a sufrir un cuadro de desnutrición, más bien es el momento de analizar en qué forma mejorar la relación de su hijo o hija con ciertos alimentos.
En algunas ocasiones estos episodios de rechazo también están relacionados con la fase del crecimiento del menor, pasan por su fase de crecimiento y es frecuente que no se alimenten igual que antes.
En las fases iniciales otro factor a tener en cuenta en su relación con el alimento complementario es el tema de la lactancia, es completamente normal que si acabas de dar pecho a tu bebé, este no quiera comer por lo menos en la hora siguiente, recuerda siempre que la lactancia continuará siendo uno de sus alimentos principales y que la comida será complementaria.
En la variedad está el placer
Es muy importante que los padres sean creativos a la hora de alimentar a sus hijos y no todas las mañanas les brinde el mismo alimento, so pena de caer en procesos monótonos y aburridos para el paladar de los infantes.
La variabilidad en las texturas, nuevos sabores, incluso en la preparación serán fundamentales para que tu hijo quiera e incluso convierta la hora de comer en toda una aventura, algo divertido y que a la vez despierte su curiosidad y gusto.
Un ejemplo de ello es el huevo, no siempre se debe brindar cocinado, se puede variar con huevos revueltos o en tortilla, o tal vez incluir esa proteína en otras preparaciones como los pancakes o waffles.
Otro de los motivos asociados a la falta de apetito o rechazo a la comida puede ser el asociado a alguna patología, estreñimiento, fiebre, malestar gripal o la aplicación de las vacunas también puede incidir a la hora de alimentar tu bebé.
Siempre hay que estar buscando la causa y jamás obligarlos a comer, mucho menos asociarles la comida con un castigo o enojarse con ellos porque no quisieron probar bocado en alguna de las comidas del día.
En mi consultorio de pediatría en Pereira tenemos un lugar muy especial para que hablemos acerca de alimentación complementaria y para hacer seguimiento al proceso que como mencionamos, será para toda una vida de buena relación con la alimentación.